Creer en la divinidad de Jesús

Creer en la divinidad de Jesús

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Juan 8:58

Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9

A menudo Jesús habló de sí mismo empleando expresiones categóricas. Él pudo decir: “Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree, no tendrá sed jamás”. “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. “Yo y el Padre uno somos” (Juan 6:35, 11:25, 10:30).

Las declaraciones de Jesús son tanto más sorprendentes cuanto que sabemos que tenía una humildad incomparable y un perfecto equilibrio. Era un hombre de bien, tenía una pureza moral perfecta. En presencia de los que lo odiaban, afirmó que no tenía pecado, y nadie pudo contradecirlo. Tanto sus amigos como sus enemigos dieron testimonio de su perfección. El apóstol Pedro, retomando las palabras de Isaías, insistió sobre el hecho de que Cristo no cometió pecado (1° Pedro 2:21-23).

cruz

Jesús declaró ser el Hijo Unigénito de Dios y formar una única persona con el Padre. Por lo tanto, tiene derecho a recibir los mismos honores que Dios el Padre. Aceptó la adoración de Tomás, pero reprendió a un joven que vio en él simplemente a un hombre, por bueno que fuese.

Sus acciones también demostraron que es Dios: resucitó muertos, sanó leprosos, alimentó multitudes, perdonó pecados… Cuando apareció resucitado ante los suyos, los convenció de que vive eternamente. Y al darles el Espíritu Santo, les demostró que está glorificado a la diestra de Dios. ¿Tiene usted la convicción interior de que “Jesús es el Hijo de Dios… el verdadero Dios? (1° Juan 5:5,20).

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