Todos, en mayor o menor medida hemos atravesado (o atravesaremos) situaciones difíciles, o tal vez hemos escuchado el relato de personas que habiendo soportado situaciones adversas (como lo que escuchamos de nuestros abuelos sobre el genocidio) se sobrepusieron y continuaron con sus vidas. También escuchamos sobre otros que con situaciones aparentemente mucho menores no pudieron salir de esa crisis. Pero ¿qué es lo que hace a unos fuertes y positivos, al punto de salir adelante de situaciones terribles, y qué los hace tan débiles a otros que se dan por vencido? Esta capacidad es denominada resiliencia. Algunas definiciones: El término resiliencia es una palabra que surge de la física, se la utiliza para explicar la cualidad que tienen los distintos materiales de volver a su estado original luego de haber sufrido presiones deformantes. Esta palabra fue tomada por la psicología para designar la capacidad que tienen algunas personas de sobreponerse a situaciones de mucha adversidad, capacidad de construir un mundo positivo frente a circunstancias negativas. Mientras que en la física se habla de la capacidad de volver a un estado previo a los cambios sufridos por fuerzas externas, en psicología este concepto se amplía teniendo en cuenta que no se vuelve a un estado anterior, sino que el individuo se rearma para enfrentar el futuro, luego del impacto del trauma que provoca el dolor emocional. Esta capacidad se obtiene durante el desarrollo del niño hacia la madurez, en el que interactúan los componentes psíquicos y ambientales. Un niño no puede adquirir la resiliencia por sí sólo. Los mismos factores que inciden en el desarrollo evolutivo del niño (la relación con la madre, la conformación del mundo, el apoyo ambiental, etc.) influyen en la resiliencia de modo que debe ser considerada un proceso que se va construyendo a través de las distintas etapas del crecimiento. ¿Cómo desarrollar esta cualidad? A través del estudio de la resiliencia en diferentes grupos humanos se observaron distintos factores, estos son: Autoestima: aprecio y valoración que se tiene de uno mismo. Confianza en sí mismo. Iniciativa: fuerza que impulsa al sujeto a actuar y a tomar decisiones. Capacidad de observarse a sí mismo y a los demás: saber identificar los...
Bullying, ¡¡Niños en riesgo!!
En estos últimos meses hemos sido sorprendidos por situaciones de violencia que niños y adolescentes viven en un medio escolar o cercano a éste, donde los agresores son otros menores. Nos hemos horrorizado con imágenes en los noticieros donde varios adolescentes atacan a uno de sus compañeros. Y en este contexto seguramente hemos escuchado repetidas veces el término “bullying”, y lo hemos incorporado a nuestro vocabulario. ¿Qué es el Bullying?: Ésta palabra proviene de un término en inglés: bully, que significa “matón”. De ahí que bullying se traduce como acoso, intimidación, hostigamiento. Una definición, según la Asociación de Psiquiatras Argentinos: “es el acoso prolongado de insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica y/o agresión física de uno o varios niños hacia otro que se convierte en víctima”. Las agresiones se producen sobre la misma persona (la víctima) de forma reiterada, y durante un tiempo prolongado. El agresor establece una relación de dominio. Hay una clara desigualdad de poder. En la mayoría de los estudios se estima una prevalencia de entre un 10-20% de estudiantes involucrados en el hostigamiento (como víctimas o victimarios) en forma más o menos frecuente. El hostigamiento generalmente incluye varias de estas formas actuando en simultáneo. Distintos tipos de maltrato: Maltrato Físico: serían agresiones tales como golpes, patadas, empujones, etc. Maltrato Verbal: se manifiestan a través de insultos, sobrenombres, menosprecio en público. Las agresiones a través de teléfonos celulares, mensajes de texto, correos electrónicos, y por medio de redes sociales de la web (ciberbullying) se consideran variantes de este tipo de maltrato. Maltrato Psicológico: acciones orientadas a dañar la autoestima y el sentimiento de seguridad de la víctima. Todas las formas de maltrato poseen un componente psicológico. Maltrato Social: tienden a aislar al individuo del grupo, dañando su estatus dentro del mismo. Los “Protagonistas”: Existen una gran cantidad de descripciones sobre las que los investigadores aún no se han puesto de acuerdo, por lo que algunas de las características o síntomas mencionados a continuación pueden o no estar presentes, o estarlo con todas las variaciones y gamas posibles. LAS VÍCTIMAS: pueden ser tímidos, algo inseguros, retraídos. Pueden no querer asistir a clase; con descenso en el rendimiento escolar; irritables, nerviosos, con cierto...
Desarrollo Integral del Niño
El desarrollo del niño constituye un proceso continuo, que se inicia desde la concepción del bebé (aunque habría que valorar también cómo influyen los sueños, concepciones, experiencias y proyectos de familia que trae cada uno de los conyugues antes de iniciar esta nueva familia), y continúa a lo largo de toda la vida de ese niño/a. El desarrollo infantil es multidimensional e integral, lo cual implica considerar en cada niño las dimensiones física, cognitiva, emocional, social y espiritual. EL EJEMPLO: “y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52). En la vida del niño Jesús, vemos este crecimiento y desarrollo integral en las distintas áreas de su vida: intelectual (“sabiduría”), física (“estatura”), relaciones interpersonales (“gracia para con los hombres”) y relación personal con Dios (“gracia para con Dios”). Podemos dividir este desarrollo en cuatro grandes áreas que veremos a continuación. SOBRE EL DESARROLLO FÍSICO: Éste se refiere al crecimiento del cuerpo y a la adquisición de nuevas funciones o maduración de funciones existentes. Se refiere al crecimiento y función de los distintos órganos, aparatos y sistemas que integran el organismo. Algunos consejos… Ocúpate de que con regularidad tus hijos reciban la atención médica de “niño sano” (son los controles de salud que se realizan según cada edad). Éstos controles deberían incluir: evaluación de peso y altura, evaluación del desarrollo acorde a edad, examen de la vista y la audición, control de signos vitales y control clínico general, evaluación nutricional, control de vacunas aplicadas según la edad, laboratorios u otros estudios complementarios si hicieren falta, consejos sobre medidas de prevención de accidentes. No te olvides de la atención dental, que incluye la consulta regular con el profesional, y que tu hijo aprenda y practique diariamente una higiene oral adecuada. Garantízale una nutrición adecuada. Considera los terribles peligros de la obesidad infantil, peligros en el presente, y peligros para la edad adulta después. Haz los cambios dietéticos de manera paulatina. ¡Apaga el televisor a la hora de comer! Organiza tiempo para que el niño realice deportes y actividad física recreativa. Y si esta actividad los niños la realizan junto a sus padres, mucho mejor. SOBRE EL...