¿No tiene esperanza?

¿No tiene esperanza?

Un joven, ciudadano de un país hostil a la Fe cristiana, estaba totalmente desesperado debido a la opresión que reinaba en el lugar donde vivía. “Estaba tan hastiado que acabé odiando a la sociedad”, dijo. Después de haber buscado mucho, aceptó leer la Biblia y en ella descubrió la clave que le permitió salir de ese odio. Todos somos…

El niño de Belén era el Dios Todopoderoso

El niño de Belén era el Dios Todopoderoso

Ante un recién nacido siempre sentimos cierta emoción y admiración. Así sucedió con los pastores cuando Jesús nació. Ellos habían sido advertidos por un ángel que el niño que iban a encontrar acostado en un pesebre de Belén, la ciudad de David, era el Salvador, el Cristo, el Señor. Al verlo se maravillaron y glorificaron a Dios.
Sentimos la misma admiración al leer este pasaje. Estamos ante una belleza sublime, pero no podemos…

La Biblia, ¿es la palabra de Dios?

La Biblia, ¿es la palabra de Dios?

¿Realmente la Biblia es la palabra de Dios? Para responder a esta pregunta no podemos dar pruebas racionales. Si efectivamente la Biblia es la Palabra de Dios, esta sobrepasa necesariamente nuestra razón. Sin embargo, no se trata de dejar de lado nuestra razón cuando la leamos, sino de ser muy conscientes de que la razón no es suficiente para comprender el mensaje. Sola, a razón puede incluso ser un estorbo….

Gente Feliz

Gente Feliz

“Jesús dijo: Estas cosas os he habado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”Juan 16:33. “Estas cosas os he hablado para que en mi gozo esteis vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.”Juan 15:11. En el tercer siglo de nuestra era, Cipriano, quien fue obispo de Cartago y debió morir como mártir traspasado por la espada del verdugo, escribió a Donato, uno de sus amigos: “Estamos en un mundo malo, Donato, un mundo increíblemente malo, pero en medio de este mundo descubrí a un pueblo tranquilo, santo, que aprendió un gran secreto. Sus miembros encontraron un gozo mil veces superior a todos los placeres de nuestras vidas de pecado. Esa gente es despreciada y perseguida, pero no se preocupa por ello, pues es dueña de su alma; vencieron al mundo. Esa gente, Donato, son los cristianos, y yo formo parte de ellos”. Los cristianos de hoy ¿sienten y muestran la misma paz y el mismo gozo? Hoy en día, la oposición de la sociedad no siempre se traduce de forma violenta, pero el desprecio siempre está ahí: asocian a Jesús con los que declaran conocerle. “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1° Juan 5:4), nuestra fe en Aquel que en la cruz venció a la muerte, pues resucitó. Nada puede desestabilizar al creyente que sabe que Jesucristo es el Hijo de Dios. ¡Necesitamos esta fe viva! No se trata de una simple religión, sino de un arraigo personal a Jesús, quien nos dio la vida eterna mediante Su resurrección, después de haber dado su propia vida por nosotros. Los verdaderos cristianos de hoy son todavía gente feliz. ¿Forma usted parte de...

Creer en la divinidad de Jesús

Creer en la divinidad de Jesús

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Juan 8:58 Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9 A menudo Jesús habló de sí mismo empleando expresiones categóricas. Él pudo decir: “Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree, no tendrá sed jamás”. “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. “Yo y el Padre uno somos” (Juan 6:35, 11:25, 10:30). Las declaraciones de Jesús son tanto más sorprendentes cuanto que sabemos que tenía una humildad incomparable y un perfecto equilibrio. Era un hombre de bien, tenía una pureza moral perfecta. En presencia de los que lo odiaban, afirmó que no tenía pecado, y nadie pudo contradecirlo. Tanto sus amigos como sus enemigos dieron testimonio de su perfección. El apóstol Pedro, retomando las palabras de Isaías, insistió sobre el hecho de que Cristo no cometió pecado (1° Pedro 2:21-23). Jesús declaró ser el Hijo Unigénito de Dios y formar una única persona con el Padre. Por lo tanto, tiene derecho a recibir los mismos honores que Dios el Padre. Aceptó la adoración de Tomás, pero reprendió a un joven que vio en él simplemente a un hombre, por bueno que fuese. Sus acciones también demostraron que es Dios: resucitó muertos, sanó leprosos, alimentó multitudes, perdonó pecados… Cuando apareció resucitado ante los suyos, los convenció de que vive eternamente. Y al darles el Espíritu Santo, les demostró que está glorificado a la diestra de Dios. ¿Tiene usted la convicción interior de que “Jesús es el Hijo de Dios… el verdadero Dios? (1° Juan...

Me ha dicho todo cuanto he hecho

Me ha dicho todo cuanto he hecho

“Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?… Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer… Me dijo todo lo que he hecho.” (Juan 4: 29,39). No nos agradaría mucho encontrar a alguien que nos dijese todo lo que hemos hecho. Todo, no solo lo que ven los que nos rodean, sino también todo lo que no ven, tanto nuestras acciones como nuestros pensamientos o deseos. Sin duda tendríamos miedo de que nos despreciase o nos desaprobase, aunque nuestro severo juez no fuese mejor que nosotros. Pero hay alguien que sabe todo, que lee en los lugares más recónditos y ocultos de nuestro corazón, que conoce nuestros pensamientos más secretos e igualmente todas esas cosas que hemos hecho y que nos avergüenzan. Él es aquel que puede condenarnos y dejarnos sin excusa, pues Él mismo es irreprochable. Vivió en el mismo mundo que nosotros y no cometió pecado. Sin embargo, Su deseo no es condenarnos, ni juzgarnos, sino salvarnos. ¡Esa persona es Jesús! ¡Vaya a Él si aún no lo ha hecho! Confiésele todo lo que ha hecho. Entonces Él le dirá todo lo que ha hecho por usted: tomó nuestros pecados como si fueran suyos, los llevó ante Dios y sufrió el justo juicio que nosotros merecíamos. Murió por nosotros, somos salvos por su muerte. ¡Realmente vale la pena tener un encuentro con Él hoy mismo! Jesús dice: “No he venido a juzgar al mundo, sino a salva al mundo” (Juan 12:47). “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1° Timoteo...