Había una vez una mamá que tenía una hija, ella tenía 8 años. La niña se llamaba Cristina Gómez y la mamá Marcela Ramírez. Era una familia chica y humilde: la mamá y ella. Habían perdido al papá hace 5 años. Ella estaba siempre triste porque no tenía papá y lo que tenían sus amigos.
Un día la niña estubo invitada a la casa de su mejor amiga, que tenía una máquina de helados,y Cristina se sintió mal porque no la tenía. Se fue triste a su casa, la mamá le pregunto que le pasaba y ella le dijo que no quería hablar de eso.
Al día siguiente se levantó temprano y se escapó de la casa. Se fue a la plaza que tenía más cerca (pero eso no significa que estubiera tan cerca, estába a 5 cuadras desde su casa). Se quedó hasta la noche en la plaza, y en ese tiempo comprendió que no podía vivir sin la mamá, y la mamá sin ella, lloró, y una mujer la vió se acercó y le dijo que si pidiera a Dios él podia ayudarla, y le dijo que hizo mal y que su mamá seguro ahora también sufre y no se tenía que haber escapado. Después de pedir juntas a Dios que ayude para que la mamá la encuntre, la señora llamo a la policia. Cuando llego la policia les dijo que la mamá estába buscandola. Se puso de pié y bailó de alegría.
Ella aunque pensaba que la mama la iba a retar, estába feliz por volver a su hogar. Cuando llegaron a casa la mamá la abrazó como nunca antes, la niña le pidió perdón. Y desde ese momento la niña siempre le da gracias a Dios por la mamá y por lo que tiene.
Dios nos enseña a ser agradecidos por lo que tenemos y ser obedientes con nuestros padres. Y aunque perder a un familiar es muy triste, hay que superarlo con Dios y la familia.
Fin
Anulik!Me gusto mucho!Sos una genia!