“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo Unigénito al mundo, para que vivamos por él” 1° Juan 4:9 ¡La palabra amor es utilizada en situaciones tan diversas que ya no se sabe muy bien lo que se quiere dar a entender con ella! De una manera general, a menudo el amor es selectivo; se ama sólo a personas amables. Puede ser egoísta; a menudo amamos a los demás por lo que nos dan. Este amor humano es frágil. Por ejemplo, ¡Cuántos estragos hace en los hogares! Se promete amar durante toda la vida, pero un simple malentendido lo pone en tela de juicio. El amor de Dios no tiene nada en común con el amor humano. Oír que Dios nos ama puede parecer incomprensible a ciertas personas. Sin embargo, la Biblia afirma: “Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Dios no nos ama en función de lo que le damos o hacemos por Él, ni a causa de nuestra buena conducta; nos ama porque Él es amor (1° Juan 4:8). Nos ama tal como somos; y este amor, que se halla expresado en el don de su Hijo en la cruz, es indestructible. ¡Lector, quienquiera que seas, nunca olvide que Dios lo ama! Incluso si no es consciente de ello, si cree que esto no le concierne, Él lo ama y lo amará hasta el fin de sus días. Dios no es hombre para mentir, no decepciona jamás. Él espera que usted confíe en Él. No hay pecado más grande que rechazar el amor de Dios, y esto sería exponerse a la perdición eterna, lejos del amor de Dios. “Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” (Efesios 5:2)...
Nosotros y el aborto
La legalización del aborto es hoy uno de los temas más importantes que como Iglesia y Nación nos toca debatir. Nuestra Iglesia (I.E.C.A.) se encuentra alineada con la posición proclamada y publicada por ACIERA y es por eso que en ésta oportunidad les hago llegar el comunicado oficial en el cuál desde un punto bíblico y en defensa de la vida nos…
Autosuficiencia vs Consejeros Sabios
Cuando Salomón murió dejó el reino de Israel en el cenit de su poder, extensión y riqueza. La monarquía hebrea era temida y respetada por sus vecinos y sus enemigos. Roboam heredó todo esto de su padre. Al principio de su reinado recibió la visita de los ancianos de Israel que representaban los clanes y las tribus del país (1ª Reyes 12). Aquello era algo usual en aquella época y cultura. Los ancianos venían a renovar su fidelidad al nuevo monarca y, de paso, aprovecharon para presentar los asuntos que preocupaban al pueblo. Era verdad que el reino estaba en una buena situación económica, militar y política, sin embargo…
Su rostro, ¿Refleja la melancolía o el gozo?
“No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” Lucas 2:10-11. “Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor” Juan 20:20. Basta con tomar un transporte público, por ejemplo el subte, el colectivo o el tren, para leer en muchos rostros el desánimo o la tristeza debido a las preocupaciones de la vida cotidiana. Para los que no tienen otro horizonte que esta tierra, no hay nada más comprensible. A las noticias, a menudo preocupantes, difundidas por los medios de comunicación se añaden todos los problemas personales y familiares. El cristiano también pasa por dificultades, pero el gozo permanece en su corazón. La melancolía no debería ser su estado espiritual habitual. Si acostumbra pasar cada mañana un momento con Dios mediante la lectura de la Biblia y la oración, su rostro puede reflejar la serenidad durante todo el día. Se cuenta que un día de navidad alguien llevó una niña pobre a una clínica cristiana. La pequeña escuchó la historia de Jesús y se llenó de gozo. -¡Ah, qué contenta estoy aquí! -dijo a la enfermera- ¿Usted sabía que Jesús nació? -Por supuesto, dijo la enfermera. -¿Lo sabía?, pues no parece. -¿Por qué?, preguntó la enfermera un poco sorprendida. Y en seguida comprendió que su rostro adusto contradecía ese gran tema de gozo que decía conocer. Jesús nació, murió por nosotros, resucitó y está todos los días con nosotros si depositamos nuestra confianza en Él. ¿No le parece una razón más que suficiente para que nuestro corazón cante de gozo todo el...
Basta a cada día su propio afán
Sea que empecemos bien o mal el día, este día que estamos viviendo traerá consigo su afán, es decir, sus penas, sus dificultades, sus luchas, sus emociones. El Señor conoce este afán, y en Su gracia nos dice que esto nos basta. No debemos añadir al afán de hoy el de mañana, sino todo lo contrario: debemos esforzarnos para no preocuparnos anticipadamente. La gracia de Dios es suficiente para todas las situaciones en las que el creyente se encuentra; ella nos dará la fuerza necesaria para ir hacia adelante hoy. ¡Buscar alimento y ropa es lo más natural! Por supuesto, estas cosas son necesarias, pero la preocupación que esto puede causarnos podría desviarnos del Señor. Por ello, Él nos pide que no nos preocupemos por estas cosas, pues si somos hijos de nuestro Padre celestial, gozamos de Sus fieles cuidados. Él sabe…
Si crees verás la Gloria de Dios
En el Evangelio según Juan, principalmente, los milagros del Señor están designados por una palabra cuyo sentido literal es “signo” (o señal). Revela efectivamente algo de Su gloria y de Su persona. Así, mediante la multiplicación de los panes, descubrimos que Jesús es el pan de vida (Juan 6:35); cuando le da la vista al ciego, es la luz del mundo…