¿Qué es la fe?

¿Qué es la fe?

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios Romanos 10: 17 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve Hebreos 11:1 La fe es creer. Creer que Dios existe, por supuesto, pero también es creer todo lo que dijo, es decir, creer en la Palabra de Dios. La fe no es una simple creencia, una herencia cultural conservada por tradición…

Una pobreza que enriquece

Una pobreza que enriquece

Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos – 2° Corintios 8:9. Quizás nos parezca extraño que un pobre pueda enriquecer a alguien, pero esto fue justamente lo que hizo el Señor Jesús por nosotros. Vino para nacer en una extrema pobreza: “Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lucas 2:12). El mundo no le ofreció otro lugar. Fue “despreciado y desechado entre los hombres… y no lo estimamos” (Isaías 53:3). Nunca tuvo domicilio fijo. Esto fue lo que respondió a una persona que quiso seguirle: “Las zorras tienen guarida, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza” (Lucas 9:58). Él, el Creador del universo, no tuvo nada cuando estuvo en esta tierra. Aceptó que lo ayudasen. Como tomó el último lugar, se hizo totalmente accesible. Se puso al servicio de todos (pobres, ricos, enfermos, poseídos por el diablo, personas heridas por la vida, etc) para satisfacer de un manera perfecta las necesidades de cada uno. Hizo mucho bien a todos, pero libró mayormente a los que sufrían debido al peso de sus pecados. No les repartió bienes perecederos, sino que les dio algo que tiene mucho más valor: la paz con Dios y un corazón y conciencia tranquilos. Aún hoy Jesús ofrece lo mismo a todos. Aquel que deposita su confianza en Jesús y acepta para sí mismo el valor de su sacrificio expiatorio recibe el perdón de los pecados y la vida eterna. ¡Una riqueza de tal magnitud solo puede provenir de Él! Aunque en la tierra fue pobre, despreciado, y sufrió por amor a nosotros, es y será eternamente Dios, el Dios de toda gracia. ¿Despreciaremos “las abundantes riquezas de su gracia”? (Efesios...

¿Qué opinamos de Jesús?

¿Qué opinamos de Jesús?

El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: “He aquí el Cordero de Dios” Juan 1:35-36. Mirarán al que traspasaron. Juan 19:37. Los historiadores no pueden negar que Jesús existió realmente, pues Su historia no es el fruto de una leyenda. Pero, ¿por qué fue crucificado? ¿Fue tan solo una víctima, el símbolo de los que fueron asesinados injustamente? El punto de vista de la fe es completamente diferente. Aquellos que leen el Evangelio sin prejuicios disciernen que Jesús es el Hijo de Dios y que aceptó morir en nuestro lugar para sufrir la condenación que nosotros merecíamos. También saben que resucitó al tercer día. Dos ladrones fueron crucificados al mismo tiempo que Jesús. Uno de ellos, en un momento de desafío y desesperación, le dio: “Si Tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” (Lucas 23:39). El otro respondió a su compañero y se dirigió a Jesús con estas palabras de confianza y fe: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42). A pesar de su trágica situación, ese ladrón rechazado por la sociedad se dio cuenta de que solo Jesús podía liberarlo más allá de la muerte y del sufrimiento. También comprendió que Jesús es el Rey que volverá. Dios se revela por medio de Jesucristo. ¡Que nuestra mirada hacia Jesús sea una mirada de fe! Jesús murió por nosotros para abrirnos la puerta de Su reino, el reino de la vida. ¡Ve!, ¡Ve!, ¡Ve a Jesús! Que si miras con fe Al que ha muerto en la cruz Al momento la vida...

Sentirse Amado

Sentirse Amado

Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamado hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. 1° Juan 3:1 Una joven pareja fue a un orfanato y habló con el niño a quién deseaban adoptar. Para animarlo le enumeraron todo lo que pensaban ofrecerle: buena ropa, juguetes, una hermosa habitación, e incluso, si quería, una mascota. Para su mayor sorpresa el niño no parecía entusiasmado, en absoluto, con todas esas promesas de bienes concretos, sino que les dio a entender cuál era su principal aspiración: tener por fin una mamá y un papá que lo amasen. La actitud de ese huérfano muestra que las aspiraciones más profundas del corazón humano no son materiales. Los bienes materiales confieren cierto bienestar, pero no responden a la insatisfacción permanente del hombre. La primera necesidad de todo hombre es sentirse amado. Jesucristo vino a manifestar el amor más absoluto, es decir, el amor que Dios siente por los hombres perdidos. Contrariamente al amor humano, el amor de Dios no varía en función del comportamiento del ser amado. En efecto, en el momento en que los hombres le demostraron cuanto lo odiaban, Jesús, por amor a ellos, se dejó crucificar. Así lo había anunciado a sus discípulos: Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13). Y usted, ¿conoce este amor? Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan...

Hay que escoger

Hay que escoger

«Os he puesto delante la vida y la muerte… escoge, pues, la vida, para que vivas… amando al Señor tu Dios, atendiendo a Su Voz». (Deuteronómio 30: 19-20)   Nuestra vida está entretejida de múltiples decisiones. Desde la mañana hasta la noche tomamos decisiones, algunas sin consecuencias y otras irreversibles. Hay que tomar grandes decisiones, por ejemplo las relacionadas con los estudios, el trabajo, el domicilio, el matrimonio. Pero también hay decisiones de tipo moral: elegir entre el bien y el mal, entre la mentira y la verdad, la humildad y el orgullo, el egoísmo y la generosidad, la valentía y la cobardía. Siempre tenemos que decidir. Cada uno tiene la responsabilidad de hacerlo. La elección más importante es la de la fe: vivir con Dios o sin Él. Esta elección tendrá consecuencias para nuestro futuro en la tierra y en la eternidad. En este día Dios dice a cada uno de nosotros: “Escoge la vida”. No cierre su corazón al llamado de Dios. Él tiene palabras de vida eterna. No diga: “todavía tengo mucho tiempo, tomaré una decisión más tarde”, pues el tiempo pasa día tras día, y usted corre el riesgo de aplazar siempre la decisión. Por supuesto, nadie escogería voluntariamente la muerte en lugar de la vida. Pero seguir en la indecisión equivale a rehusar la salvación de Dios. En Su Palabra Dios dice: “He aquí ahora el día de salvación” (2da Corintios 6:2). Desde que se reveló por medio de Jesucristo, “Dios… manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). Escucharle y obedecerle es recibir la vida, la vida eterna, es tener en Jesús todo para vivir la verdadera vida. ¡Es tomar la buena decisión!   Tomado de La Buena Semilla,...

Vida Cristiana Triunfante

Vida Cristiana Triunfante

Crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres (Efesios 4:15, Gálatas 5:1). Hay dos conceptos que determinan la victoria y lo fructífero del cristiano. El primero es la madurez. Pablo escribió: “Crezcamos en todo en Aquel que es la cabeza, esto es, Cristo … a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4: 15,13). Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para crecer y madurar en Cristo (2ª Pedro 1:3) pero satanás se opone a que maduremos, y hará todo lo que pueda para evitar que nos demos cuenta de quiénes somos y lo que tenemos en Cristo. Debemos triunfar sobre el lado oscuro antes que podamos madurar plenamente. El segundo concepto de la vida cristiana exitosa es el de la libertad. Pablo declaró: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1). Este pasaje no nos asegura solamente que Dios nos quiere libres, sino también nos advierte que podemos perder nuestra libertad volviendo a la ley. Antes que recibiéramos a Cristo, éramos esclavos del pecado, pero el poder que el pecado tenía sobre nosotros fue roto debido a la obra de Cristo en la cruz. Satanás no tiene derechos de propiedad ni de autoridad sobre nosotros. Él es un enemigo derrotado dedicado a evitar que nos demos cuenta de eso. Él sabe que puede bloquear la efectividad de uno como cristiano si logra engañarlo a usted para que crea que usted no es nada sino un producto de su pasado, sujeto al pecado, proclive a fallar y dominado por sus costumbres. En la medida que satanás pueda confundir y cegarlo con sus mentiras tenebrosas, usted no podrá ver que ya están rotas las cadenas que una vez lo ataron. Usted es libre en Cristo, pero si el diablo puede engañarlo para que crea que no lo es, no va a vivir la libertad que es su legado. No creo en la madurez instantánea, pero sí creo en la libertad instantánea, y he visto...