Dice el necio en su corazón: no hay Dios – Salmo 14:1.
Escucha esto… detente, y considera las maravillas de Dios. ¿Sabes tú cómo Dios las pone en concierto? ¿Has conocido tú las diferencias de las nubes, las maravillas del Perfecto en sabiduría? – Job 37: 14-16.
- Soy ateo, no creo en Dios.
- Pero no creyendo en Dios estás limitado a creer que el universo es el producto de un azar ciego.
- Sí, creo que el universo es la consecuencia de un cúmulo de circunstancias fortuitas.
- Me parece que para creer en un azar que haya organizado nuestro entorno tan bien, hay que tener mucha más fe que para creer en Dios
El equilibrio tan complejo de nuestro planeta refleja una coherencia y revela una inteligencia que no tienen nada que ver con un azar ciego. Desde la morfología del más pequeño insecto hasta la organización de los astros, todo lo que hay en el universo da testimonio de una sabiduría que nos sobrepasa. A ninguna persona sensata se le ocurriría decir que el automóvil que conduce es producto del azar y de una ciega composición de piezas mecánicas. ¡Pues esto es exactamente lo que dice el que niega la existencia de un Dios creador!
Es sorprendente ver a tantas personas negando la existencia de un Creador. ¿Quién puede estar detrás de semejante ceguera, sino satanás, el padre de mentira que trata de impedir que nos pongamos en contacto con Dios?
¡Abra los ojos y descubra a Dios como Creador en el gran libro de la naturaleza! Vaya más lejos, acérquese a Él por medio de Jesucristo, Aquel a quien envió desde el cielo para librarle de la esclavitud del diablo y para solucionar la cuestión de sus pecados.
¡Descubrirá que el Creador le ama personalmente!
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