Si nadie cuida de un recién nacido, éste deja de vivir al cabo de unas pocas horas. Sucede lo mismo al otro extremo de la vida. Las personas muy ancianas a menudo dependen de los cuidados de sus familiares o del personal de un asilo. Incluso cuando estamos en la plenitud de la vida necesitamos de los demás. ¿Quién podría vivir solo, sin ser escuchado, cuidado o animado?
General
Hoy estamos festejando el 90 Aniversario del inicio y la fundación de la Iglesia Evangélica Congregacional Armenia “Santísima Trinidad”. Las Actividades de la Iglesia se iniciaron en realidad antes del año 1925 por un grupo de hermanos evangélicos armenios y se consolidaron como Iglesia a fines del año 1929.
Seguir LeyendoFamilias
Tarde de sol con chicos y chicas de diferentes edades reunidos en una única actividad realizada por Evanieca (grupo de evangelismo de la iglesia), grupo de jóvenes y maestras de la escuela dominical. El único propósito: dejar venir a los niños a Cristo y sean salvos por su Gracia. Con un Miñon en la puerta dando la bienvenida a los niños…
Seguir LeyendoDios llama
Una sencilla planta fue el instrumento escogido por el Señor para transformar la vida de un pastor. Cada vez que leo acerca del llamado de Moisés pienso en lo inesperado y maravilloso que es Dios. Él podría haber llamado la atención de Moisés de un modo «más espiritual». Se podría haber manifestado de maneras que armonizaran más con su…
Seguir LeyendoEscuela de Música
Organo dependiente de la Iglesia Evangélica Congregacional Armenia “Ssma. Trinidad”, dedicado a la enseñanza de música. Misión Colaborar e interactuar con las iglesias locales, en el cumplimiento de la misión de la proclamación del mensaje de Jesucristo. Ofrecer la posibilidad de desarrollar, instruir y ejercitar a personas de…
Seguir LeyendoReflexión Semanal
Últimas noticias
Visita a Lules – Julio 2013
Lules siempre es una experiencia enriquecedora, los nervios del viaje, las ansias de estar allí compartiendo, al extrañar a la familia cuando se la deja. Esas son algunas de las innumerables sensaciones que nos produce Lules en cada viaje que emprendemos. En esta oportunidad tuve el privilegio de contar con la presencia de Carlos Valenzuela, Víctor Hugo Posada y Federico Kaladjian, tres hermanos preciosos que dedicaron su tiempo al Señor. Dicho por ellos mismos: “fuimos a absorber todo lo que fuera posible”. Como siempre, Lules nos deja una enseñanza, creemos que vamos a “dar” y terminamos “recibiendo” de ellos. En estos días transcurridos en Tucumán pudimos observar lo mucho que hay por hacer y lo mucho que necesitan de nuestras oraciones. Es indudable que es necesario orar para que el Señor levante líderes que puedan acompañar y sostener a la congregación en cada momento. Cada día fuera de casa fue una experiencia inolvidable, poder estar con la muchachada en la iglesia, entre charlas, ping-pong y fútbol. Poder visitar a los hermanos en San Rafael, y acompañarles en estos tiempos difíciles que están viviendo, por la pérdida de familiares que han afectado la salud anímica de la abuela Mari, pero sin afectar su salud espiritual, estando firme en las cosas de Dios y afirmando día a día “todo l puedo en Cristo que me fortalece”. Fue una experiencia hermosa para todos poder compartir la Palabra, poder orar con y por ellos. Queda en nosotros un compromiso de apoyar a esta familia en oración y en todo sentido. También tuvimos la oportunidad de compartir una noche especial con los jóvenes. Gracias a Dios 16 jóvenes se encontraban compartiendo y abriendo sus corazones para enriquecernos mutuamente. El domingo a la mañana nos maravillamos con la cantidad de niños que compartieron una hermosa Escuela Bíblica, que habla de maestras dedicadas y preparadas para la tarea. Esos niños con tantas necesidades buscan aprender de Dios y de todo lo que Él puede hacer. Terminamos la actividad con un locro abierto para todos, hecho con mucho amor. Sorprendentemente, pero el patio de atrás del templo rebalsaba, había que hacer turnos para comer. Las hermanas se dedicaron a preparar una deliciosa...
La historia de navidad
Hace unos años vi un pesebre de Belén de barro, muy original, que me llamó mucho la atención. Original por lo realista que era. Si no recuerdo mal, se veía a José construyendo con su serrucho una cuna, mientras la Virgen María estaba acostada con el niño a su lado y una comadrona recogía los utensilios que se habían usado en el parto. ¿Verdad que eso no es lo común en los pesebres corrientes? Estamos más bien acostumbrados a ver a un José de pie, apoyado inmóvil sobre su cayado, un niño tendido sobre las pajas, descubierto y con poco aspecto de recién nacido, y una Virgen María sentada, en actitud de oración y con una aureola de santidad, que destaca también sobre las cabezas de José y del niño Jesús. ¿De veras creemos que esa fue la estampa que se encontraron los pastores que acudieron a ver al recién nacido? ¡Que le digan a cualquier madre si a las pocas horas de dar a luz una mujer puede estar sentada como si nada, recibiendo a los visitantes! El pesebre aquél de barro reflejaba con más fidelidad la Historia de la Navidad que otros. Pero esta imagen tan irreal que siempre han presentado los pintores en sus cuadros y los belenes navideños nos plantea un problema: podemos llegar a pensar que el nacimiento Virginal de Cristo es un mito, una leyenda que no ocurrió en realidad. Que la Historia de la Navidad no es historia, sino cuento. Y nada más lejos de la intención de los evangelios que contar el nacimiento del Mesías como un cuento. “Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos…eso os anunciamos”, dice el Apóstol Juan (1° Juan 1:1,3.). Jesucristo fue un hombre de carne y hueso, sin aureolas de santidad en la cabeza. Su alumbramiento debió ser tan traumático para él y para su madre como lo ha sido para cada ser humano. No fue un ermitaño extravagante, sino que trabajaría de carpintero, hasta que llamó a sus discípulos a dejar sus redes y seguirle. No fue una aparición que habló con voz de ultratumba, sino un hombre...
Una inauguración particular
Hoy es una fecha muy especial. Cumplimos 85 años desde que esta familia nació como iglesia, como congregación, como un testimonio local para muchos. Nos haría bien repasar juntos aquel momento en el que el rey David dedica la ofrenda para el templo que construiría su hijo Salomón. Cuando vemos logros, sueños y proyectos concretados entendemos que ha sido con mucho esfuerzo. No solo el esfuerzo de los mayores, de los primeros… también está el esfuerzo de las generaciones de hoy, otro tipo de esfuerzo, pero es bueno reconocerlo. Me gusta estudiar este pasaje, volver a escarbar en busca de situaciones que antes no había visto. La historia nos relata el esfuerzo de un pueblo para construir un templo. Pero nos queda claro que el esfuerzo comunitario es la suma de los esfuerzos personales. ¿Qué nos dice hoy este pasaje? Construimos para el Señor (v1). Nos dice el pasaje que el rey David dijo a toda la congregación que “… el templo no será para hombre sino para Jehová Dios”. Esto es importantísimo. En un tiempo lleno de construcciones personales, de luminarias que promocionan lo nuestro, la Palabra nos redirige en este sentido a un cambio de perspectiva. Redirigir la obra, la construcción de nuestras manos. Cuando construimos en nuestro nombre, construimos Torres de Babel. No podemos olvidar que construimos para el Señor, que siempre debemos echar las redes en el Nombre del Señor. Lo que se hace en el Nombre del Señor no se hace en nuestro nombre. Juan el Bautista sabía de este principio fundamental y rector en la vida de los cristianos… “es necesario que yo mengüe y que Él crezca”. Se construye con esfuerzo (vs 3-6). El pasaje también nos relata acerca del esfuerzo. Y éste también es un principio rector de La Palabra. Nada se logra sin esfuerzo, sin sacrificio, aun cuando se hereda algo es necesario sostenerlo con el sacrificio. Vemos aquí que el proyecto de construcción del templo incluía distintos niveles de compromiso: esfuerzo personal (David), esfuerzo familiar (las casas paternas), esfuerzo del pueblo. Es interesante notar que todos estos esfuerzos eran VOLUNTARIOS, no eran obligatorios ni compulsivos. Pero en la suma final, el cronista (v.9) nos...
¿Qué es ser un cristiano?
Lo que no es ser cristiano: Para mucha gente “cristiano” es sinónimo de ser humano. Pero, en realidad, esta no es la verdad. Una persona no es cristiana sencillamente porque va a la iglesia. Una persona no es cristiana simplemente porque ore a Dios. No nos hace cristianos vivir una vida limpia, más o menos moral. O ser bautizados, o leer la Biblia. Algunos dicen: “yo soy cristiano porque mis padres eran cristianos”. Nacer en un garaje no quiere decir que seas un automóvil. Y porque uno nazca en una familia cristiana no quiere decir que hayas nacido cristiano. Estas cosas no nos hacen cristianos. Lo que sí es ser cristiano: Es cristiano la persona que ha encontrado el camino de la vida. Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). Si usted ha encontrado a Cristo, usted es un cristiano verdadero. Hay dos caminos: el camino de Dios, que es el camino del amor; y el camino del hombre, que es el camino del egoísmo. Usted está en la encrucijada en este momento. ¿Cuál será el camino que ha de seguir? ¡El camino de Cristo conduce a la Vida! Es cristiano aquel que tiene vida eterna. Jesucristo dijo: “Yo he venido para que tengan vida” (Juan 10:10). “Yo les doy vida eterna y nunca perecerán” ¡Vida eterna! Esta es la marca de un cristiano. Es cristiano aquél que ha sido hecho, mediante la fe, un hijo de Dios. Solo quienes se arrepienten de sus pecados y reciben a Jesucristo como su Salvador personal son hechos hijos de Dios. Dios es creador de todos los hombres, pero solamente es Padre Espiritual de aquellos que han recibido a Cristo por fe en el corazón. La Biblia dice: “Más a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios” (Juan 1:12). Tomado de Cruzada Argentina a cada...