Reflexiones sobre los cambios tecnológicos de los últimos años que impactan en las personas.
Comentarios realizados en una reunión de adultos mayores
Les cuento que, como a todos ustedes les sucedió, desde los años de mi niñez, vi que todo cambiaba, al principio lentamente, y luego rápidamente. No sé ustedes, pero a mí me parece, que nos condicionaron tanto, que ya no podemos vivir sin los cambios que se han producido.
El año pasado, durante una mañana de domingo, estábamos en una reunión de la Iglesia, y se produjo un corte de luz; un hermano con el rostro preocupado me dijo: “ ahora que hacemos?” Pensé en ese momento, cómo hacía Jesus para predicar el evangelio del reino, sin electricidad, sin micrófonos, ni parlantes, ni órganos electrónicos? y como podían reunirse los creyentes de todos los tiempos pasados, sin ningún tipo de tecnología?. Lo cierto es que tenían reuniones bendecidas y el evangelio llegó hasta nuestros días.
Como sucede a menudo, la misma botella, puede dar lugar a 2 visiones. Una, la que está viendo la parte vacía, es la que acabo de comentar, referido a los aspectos negativos de los cambios tecnológicos, y la otra mira la parte llena, y pueden decir que son los beneficios y bondades de la tecnología, que nos ayudan a mejorar nuestro estilo de vida.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que el mismo cambio, puede ser una bendición o una maldición, depende de la actitud y el uso que le demos.
Yo me voy a referir a los cambios producidos en el campo de la tecnología, que hoy son utilizados por las personas, como si siempre estuvieron con nosotros y como si no pudiéramos imaginar la vida sin ellos.
Hay miles de cambios e inventos que el hombre ha desarrollado y volcado en medio de esta sociedad consumista. Solo voy a mencionar algunos más importantes del último siglo:
- A fines del siglo XIX se inicia el cambio en la iluminación en ciudades y en las casas con la llegada de la electricidad
- Después de la década de 1880 se inicia la producción de los primeros autos a gasolina.
- La telefonía: Se descubre a principios del siglo XX
- Los aviones: El primer avión con motor fue volado en California por los hermanos Wright en 1903
- La bomba atómica: Se desarrolló y usó en la década de 1940
- La televisión (fines de la década de 1940) inicialmente con tubos catódicos.
- Las computadoras – 1ª generación > 1944 (a válvula) – y posteriormente nuevas generaciones de computadoras. Me acuerdo de las primeras computadoras en la Esso eran de tamaño descomunal y tenía una memoria que hoy nos sonreímos, ya que la de los niños los superan en cientos de veces.
- Los vuelos espaciales, y la llegada del hombre a la luna (1969). Recuerdo lo que pasó el 16 de julio del año 1969, la familia estaba en casa de mis padres, agrupados frente a la TV, estábamos todos asombramos, viendo en vivo como el hombre había llegado a la luna, nos lo mostraban en el mismo momento que ocurría.
Le dicen con emoción a la abuela Guluk, que estaba sentada en un sillón del living, “abuela, vení a ver, el hombre llegó y está caminando sobre la luna”. Nunca nos vamos a olvidar las palabras de mi abuela: dijo 3 palabras, que quedó en nuestros recuerdos: “da chegab ter” (que mal traducido sería: “qué va a estar ocurriendo lo que me cuentan!!!, vayan a contárselo a Montoto”) y esta frase de la abuela Guluk merece estar en el mismo pedestal que la famosa frase dicha por el astronauta Neil Armstrong “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad” - Otro gran cambio espectacular, es el Internet –(World Wide Web) / Red ó Telaraña en todo el mundo – se desarrolló por un equipo inglés en el año 1993
- Según investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Investigación de Massachusetts), los 2 inventos tecnológicos más importantes de la humanidad, fueron: EL TELÉGRAFO y EL LAVARROPAS.
Se dice que en los últimos 20 años se han realizado más descubrimientos que en el resto de la historia de la Humanidad, y que la incorporación de principios científicos a tecnologías aplicables a la vida cotidiana, se están produciendo a una velocidad mucho mayor que en el pasado.
Las sociedades del mundo, en su gran mayoría aceptan y aplauden los cambios, pero también es cierto que hay grupos que se resisten a los cambios. Conocí 3 grupos distintos con características similares, por su apego al mantenimiento de sus costumbres de vida y su fe evangélica. Los más importantes son los llamados Amish que componen un grupo de cerca de 800.000 personas que viven en los Estados Unidos, rodeados por una sociedad moderna e híper consumista; pero ellos no quieren contaminarse.
Son parecidos a la forma de vida de los Menonitas que viven en la Provincia de la Pampa y en el Chaco Paraguayo. El Gobierno Paraguayo, les dio a los creyentes menonitas hace más de 1 siglo, un área que nadie quería, era inhóspita y desértica lejos de Asunción. Ellos la convirtieron en la zona más productiva e importante del Paraguay (recuerdo que eran nuestros mejores clientes y mayores compradores de combustibles y lubricantes), pasaron todo el tiempo de la guerra entre Paraguay y Bolivia, sin mosquearse, ellos no se distraían con ataques o con bombas, seguían trabajando su tierra, mientras los distintos grupos de soldados se mataban, bajaban la bandera del que tenía ocupada la zona e izaban la propia, así sucesivamente.
El otro grupo que tuve la oportunidad de conocer fueron los Malakanes, creyentes de origen ruso/alemanes, que fueron perseguidos y expulsados de Rusia por su fe, a zonas del interior de Armenia, esto sucedió hace más de 2 siglos. Los conocí en 1993, cuando estuve en Armenia, y pude tener contactos con personas de aldeas Malakanes, quienes vivían formando comunidades agrícolas y ganaderas, manteniendo su fe y sencillez de vida (imaginen que sufrieron las presiones y atropellos durante los 70 años de comunismo, y que no les pudieron mover el amperímetro de su fe, ni su forma de vida.
A los Amish los conocimos en Pennsylvania cuando estuvimos visitando a la familia radicada en Newcastle hace poco. Los Amishs que viven en esa zona, se dedican a la agricultura, algunos son carpinteros, son creyentes cristianos que tienen la Biblia y son pastoreados por sus obispos. Tienen normas muy estrictas y rechazan de plano la modernidad. Por ejemplo, no usan coches ni tractores a motor, sino carros tirados por caballos, Vimos, en las rutas que iban desde sus granjas a negocios cercanos con sus carruajes negros tirados por 1 caballo, sus casas no utilizan luz eléctrica, no tienen T.V., Heladeras, Lavarropas, Microondas. No tienen cuentas bancarias, ni tarjetas de crédito, no usan cheques y pagan sus gastos en efectivo. Sus hijos se educan en sus casas. No quiero asegurarles, pero imagino que deben tener pocos problemas de depresión, ni la epidemia de traumas y angustias, que suelen abundar entre las personas hiperactivas y competitivas de la sociedad moderna. Esta sociedad no tiene obra social, pero tiene la cobertura de protección del grupo a la que pertenece. Nos los critico y les voy a confesar, que le propuse a Betty, quedarnos e integrarnos a esa comunidad, aunque sea por un tiempo, pero no sé por qué, no quiso.
Nací en José Ingenieros, un barrio del Gran Buenos Aires cerca de la Av. Gral Paz. En aquel entonces, nuestros vecinos eran armenios, italianos, españoles y de otras nacionalidades; familias de clase baja, y algunos pocos de mejor nivel. Las viviendas eran humildes, de chapa y madera, las calles de tierra, todos los vecinos eran nuestra gran familia. El barrio estaba rodeado de campos, lagunas y terrenos baldíos. Recuerdo que cuando regresábamos de la Escuela, Íbamos a cazar gorriones y pescar ranas. En las primeras horas de las noches del verano los chicos jugábamos en la esquina. Como expresión de modernidad, teníamos luz en las casas y alumbrado público en las calles, si podemos llamar así a una lamparita colgada en las esquinas que muchas veces estaba rota. Por supuesto no teníamos agua corriente, ni cloacas, ni gas, ni teléfono; pasados unos años tuvimos un aparato de radio. Pero quiero confesarles que nunca nos sentimos carenciados, realmente nos sentíamos príncipes en un palacio, teníamos verduras frescas, árboles frutales, gallinas, patos, conejos, huevos, dulces caseros. En aquel tiempo, se recibían muchas visitas, al caer la tarde los mayores se sentaban en el “sedir” y nos agrupábamos alrededor del mangal, escuchando los relatos que contaban los mayores, teníamos amigos y compañeros de juego y sobre todo abundaba el cuidado y el afecto que sin medida nos prodigaban no solo nuestros familiares, sino también los vecinos.
Hoy después de tantos años, me asaltan muchas preguntas con respecto a los beneficios de la modernidad. Sé que es peligroso dar rienda suelta y criticar los nuevos tiempos, ya que los mayores somos propensos a añorar los ajos y las cebollas de Egipto, pero hoy me propuse ser objetivo en esta presentación, aunque confieso que me cuesta.
Bajo esa mirada de objetividad, encuentro que hay muchas cosas buenas en la actualidad: una de ellas es la bendición del progreso de la medicina, también los equipos domésticos que nos ayudan en las tareas. Estamos mejor informados, podemos disponer más tiempo libre, podemos tener contactos y comunicaciones frecuentes con familiares que viven lejos. Podemos realizar viajes para conocer lugares, Tenemos fácil acceso a la cultura en general. etc. Se dieron cuenta que dije: “podemos disponer más tiempo libre”, no que “tenemos más tiempo libre”, la interpretación se las dejo a ustedes.
Los aspectos negativos, también vistos con objetividad, son muchos. Tenemos una sociedad que nos empuja al autismo, lo que afecta nuestra sociabilidad. Se producen muchos casos de mala utilización de la tecnología, por ejemplo la Computación y el Internet, herramientas maravillosas pero que tienen aristas muy peligrosas. Queridos hermanos, la modernidad ha traído consigo un viento venenoso y muy peligroso, que nos está amenazando a todos, pero me preocupan especialmente nuestros niños, adolescentes y jóvenes, que están siendo bombardeados por mensajes con propuestas deshonestas y llena de pornografías y otras yerbas.
Para terminar, quiero transmitirles que vivimos tiempos que nos enfrentan cada día, a novedades sorprendentes y debemos tener la sabiduría necesaria de Dios, para discernir cómo enfrentarlas y convivir con ellas. Recuerden el consejo del Apóstol Pablo en: de 1ª Corintios 6:12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna” y el apóstol reitera en 1ª Corintios 10:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”, de estos dos versículos, puedo armar dos ecuaciones matemáticas de primer grado, y sacar la siguiente conclusión: “Todo me es lícito, pero todo lo que me puede dominar (si se transforma en adicción) o no edificar (porque no bendice mi vida y/o perjudica a otras personas) no me conviene”.
Podemos resumir la situación que vivimos, sabiendo que nos toca vivir en medio de una sociedad donde parece no tener fin el tiempo de cambios sorprendentes e impresionantes. El pastor Jorge Himitian escribe en su libro “Sanos por la Palabra” esta frase que define la situación: “…vivimos en medio de una “civilización neurotizante”, Esto se debe a que el progreso científico-tecnológico sin Dios y sin el respeto a sus leyes es absolutamente incapaz de brindar bienestar a la humanidad”.
Ing. Eduardo Armen Hayetian