No existe peor servidumbre que la de ser esclavo sin saberlo. La libertad, en cambio, reconoce sus límites. Nada es bueno o superior por ser antiguo o nuevo. La antigüedad no garantiza nada, salvo que es antiguo.
En la actualidad están dadas las condiciones para actuar sobre el hombre y convertirlo en un ávido consumidor. Deseará lo que otros han decidido que desee. El deseo se convierte en la obediencia a una orden impuesta con las sutilezas propias de la propaganda. La vista es el sentido preferido para los estímulos y el más vulnerable a las ficciones de la publicidad. El ingenuo confunde vista con visión. Los medios sociales utilizan hábilmente las tecnologías de seducción.
El impacto de la imagen coacciona, anula la reflexión, invade la escena sin anunciarse. Emite órdenes gestuales de carácter subliminal. La cultura de la imagen está reemplazando a la palabra y a la relación personal, cara a cara. Simula neutralidad y pretende la hegemonía. Los dueños del poder trabajan sobre imágenes, no con ideas. Manipulan la propaganda para determinar los gustos de la indefensa masa a la que cautiva. Menosprecian el pensamiento reflexivo al que señalan como aburrido y falto de acción. Los poderosos disponen de la información y la información es poder.
No queremos marcos de referencia, queremos volar como los pájaros balbucean los tutelados. El bombardeo con informaciones falaces tiene la finalidad de homogenizarnos en una masa informe. Además la gente queda entretenida y satisfecha esperando la continuidad de la serie.
Solyenitzin, quien llegaba desde una sociedad dueña de la censura informativa a la sociedad agresivamente informada, que conocía por experiencia el discurso subterráneo de ambos, reclamaba por su derecho a no ser informado,
Muchos medios de información, autoproclamados de “comunicación”, usan la propaganda, mientras vacían de ideas al “soberano”. Se presentan como portadores de una supuesta moral y pontifican acerca del “bien” y del “mal”. Como consideran que lo principal de la vida del hombre es de carácter posesivo, el bien es el consumo y el mal es todo cuanto impida el consumo. El asunto se limita a “poseer” y “consumir”.
La propaganda estimula la creencia de que lo divertido de la vida sólo sucede en la cama o en sus proximidades. Es una, no la única, de las causas de los fracasos matrimoniales estimulados por el mundo del cine y la farándula. Existe una alta correlación entre la violencia visual y las conductas violentas.
En la actualidad existen distintas explicaciones para la existencia de los nuevos modelos de conducta y, además, del proceso de aceleración de los cambios. Uno de ellos ha sido el papel de las redes sociales que imponen nuevos usos y costumbres sobre el inconsciente colectivo, con los consecuentes daños personales y sociales. Las estadísticas lo registran como hechos que les ocurren a otros. Pueden agregar ceros a sus cifras sin conmoverse. Para ser solidario es necesario estar en la fila de las víctimas y deudos, debidos al delito, la droga, los fracasos familiares, desempleo, etc. etc.
Los cristianos no vivimos encerrados en cápsulas. Estamos en el mundo pero no participamos de los valores de este mundo. La malversación de valores cristianos nos aleja de los principios cristianos. Las enseñanzas de Jesucristo -que recibimos con palabras y ejemplos de nuestros mayores- ha sido un reaseguro de fortaleza en la vida privada y pública.
El modelo de la ética cristiana está resumido en el “Sermón del Monte” dado por Jesús, que se registra en la Biblia, en el capítulo 5 del libro de San Mateo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados son cuando por mi causa los vituperen y persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes, mintiendo.
Esta experiencia sólo es posible cuando ponemos nuestra vida bajo la asistencia del Espíritu Santo.
Dr. Eduardo Bedrossian