Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos – Salmo 19:1.
(Jesús dijo:) Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado – Juan 17:24.
En una revista científica, el astrofísico Hubert Reeves escribió: “Podemos comparar una estrella con una campana que cuando suena, hace vibrar el conjunto de su superficie… Por eso decimos que las estrellas cantan”.
Esta imagen ya fue utilizada por Dios mismo cuando habló a su siervo Job hace más de 4000 años. Dios le preguntó respecto a la creación del mundo: “¿Dónde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra… cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?” (Job 38:4,7).
Dios manifiesta Su Majestad y Su Poder en la obra de la creación. La naturaleza muestra a los hombres “su eterno poder y deidad… de modo que no tienen excusa” para no creer en un Dios Creador (Romanos 1:20), pero lo más grave es no creer en un Dios Redentor.
¿Qué significa la redención? Es el rescate de un esclavo, y por naturaleza todos nosotros somos esclavos del pecado y de satanás. Dios envió a Su propio Hijo a la tierra; no lo escatimó (Romanos 8: 3,32). “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a Su Hijo Unigénito al mundo” (1ª Juan 4:9). Lo envió para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado; el precio del rescate fue la sangre de Cristo, quien llevará a la gloria del cielo a los que hayan creído, gloria infinitamente más elevada que la de la creación actual (Hebreos 2: 9-10).
¿Has aceptado ese maravilloso regalo de Dios?